Los dos máximos exponentes del fútbol, y del deporte en general, de la S.D. Lagunak no atraviesan por sus mejores momentos en sus respectivas categorías en la presente campaña liguera. Ambos equipos han permanecido en puestos de descenso desde las primeras de cambio, especialmente el conjunto femenino que dirige Álvaro Meoqui, y no se ven demasiados clavos ardiendo a los que agarrarse en el horizonte que hagan albergar muchas esperanzas de salvación.

Las chicas lo dan todo, y quien da todo lo que tiene no está obligado a más, pero el lastre que supuso jugar toda la primera vuelta sin puntuar y habiendo marcado un solo gol ha supuesto un duro hándicap para encarar el tramo final del campeonato, a pesar de la notable mejoría que se está demostrando últimamente en el césped y que se refleja también en los resultados.

A diez jornadas para el final de la Liga, el equipo femenino de Lagunak se encuentra con un punto en el último puesto de la clasificación y a quince del Collerense, equipo que ocupa el decimocuarto puesto en la tabla, plaza que supone la permanencia en Primera. Matemáticamente no hay nada decidido, aunque obviamente la tarea se antoja bastante complicada dadas las estrecheces económicas de la entidad que no permiten realizar fichajes sonados que hagan dar un salto de calidad a una plantilla que sufrió un gran recorte de efectivos y de presupuesto el verano de 2012.

Tampoco pintan bien las cosas para el equipo masculino que ascendió la pasada temporada a la Tercera División, por el efecto rebote de ascenso a Segunda B, y que después de seis meses de codearse con auténticos clásicos de la categoría, ocupa plaza de descenso a la Regional Preferente. Los de David Marcén son también colistas a falta de quince jornadas para la conclusión y sus números no son tan negativos como los de sus vecinas, pero la salvación se empieza a escapar entre los dedos.

Además, el efecto cascada (descenso de equipos navarros de Segunda B a Tercera) puede hacer descender a más equipos de los tres reglamentarios, invirtiendo el movimiento producido al término de la temporada pasada, y situar más lejos el puesto de la permanencia. Los amarillos sólo han ganado un partido y han empatado ocho, mientras que las derrotas ascienden a catorce.

Esperemos y confiemos en que se pueda revertir esta situación tan negativa y que en los meses finales de la campaña pueda verse otra cara y un potencial mayor en los nuestros para salvar la categoría y, sobre todo, que se ganen los partidos para ir sumando de tres en tres.