Ane Petrirena Insausti (Atletismo), Mikel Hernández Marín (Patinaje de velocidad), Mikel Goñi (Patinaje de velocidad), Iosu Goñi (Balonmano), Laura Zuasti Rípodas (Patinaje de velocidad), Julen Arraiza Beaumont (Patinaje de velocidad), Itsaso Leoz Abaurrea (Patinaje de velocidad), Paula González Rodríguez (Patinaje de velocidad), Iñigo Monreal (Atletismo), José Mari Romera (Atletismo), Sandra Gómez (Natación), Sergio Fernández (Atletismo) o Joseba Fernández (Patinaje de velocidad) son algunos de los nombres de deportistas surgidos desde Lagunak en los últimos tiempos que han llevado el nombre de nuestro club y el de Barañáin a posiciones de privilegio en competiciones nacionales, continentales, mundiales, e incluso olímpicas y paralímpicas.

A muchos de los lectores quizá estos nombres no les digan nada, a pesar de que bien pudieran ser, o haber sido, vecinos de bloque, de plaza, de calle o compartieran fila en la panadería o en el supermercado para hacer la compra. Sus caras y sus nombres no son mediáticos, la repercusión social de sus logros ha sido muy breve y poco intensa, sus fichas no han costado millones de euros, ni acaparan la atención de marcas publicitarias para promocionar sus productos. Tampoco se habla de ellos cuando lucen un nuevo corte de pelo o cuando se ponen gafas con moldura de diseño, y muy pocas veces se hace cuando resultan campeones en su disciplina deportiva que, por supuesto, no es la misma que practican Neymar, Ronaldo, Messi, Iker Casillas o Patxi Puñal.

Nuestros afamados deportistas entrenan y practican deportes considerados minoritarios en el más absoluto de los anonimatos, con poco o nulo seguimiento en los Medios de comunicación, en silencio, sin aderezos ni alharacas y, en ocasiones, con medios precarios (pistas obsoletas o en peligro de desaparición, campos no reglamentarios, líneas mal pintadas) y en condiciones de desventaja con respecto a sus rivales deportivos. El trabajo diario de todos estos, y otros, chicos y chicas, a las órdenes de sus entrenadores y supervisados por los delegados o coordinadores de unas secciones ‘pequeñas’, no debería pasar inadvertido por ser numéricamente hablando ‘cuatro y el del tambor’. Sus éxitos en Lagunak han superado con creces a los del considerado rey de los deportes (que no el deporte rey) en este país y merecen un mayor reconocimiento.

Entre nosotros han salido campeones/as de España y del mundo, finalistas en campeonatos continentales, jugadores internacionales en la Liga Asobal (ahora en Francia), olímpicos, paralímpicos y hasta una campeona paralímpica en natación. No es asunto baladí tener este ramillete de exitosos deportistas a pesar de la poca transcendencia que se les da por pertenecer a deportes de segundo nivel. Algunos de ellos ya han dado el paso de pertenecer a otros clubes pero sus logros han contribuido a edificar y agrandar el nombre que tiene esta institución fuera de nuestros límites geográficos. Ahora será labor de todos ayudar a consolidar y progresar en esa línea de actuación con más éxitos y triunfos para que los de abajo tengan una senda abierta y sin obstáculos en su carrera deportiva dentro de Lagunak.

El atletismo y el patinaje de velocidad son, a fecha de hoy (2013), los deportes que ofrecen unos rendimientos y resultados más brillantes en función de los practicantes, los medios, los apoyos y las ayudas invertidas. Sus éxitos a nivel nacional e internacional así lo atestiguan, pero sería injusto olvidarse ahora de la gimnasia rítmica, el balonmano, la natación, el baloncesto… que tantos días de alegría dieron a esta institución no hace tanto tiempo, al igual que el triatlón, especialidad desaparecida de nuestro entorno.

Por todo ello, bombo y platillo a todas estas secciones de deportes minoritarios, a la labor concienzuda y callada de sus técnicos y deportistas, y especialmente a los que han sobrepasado fronteras con sus logros deportivos en beneficio de todos. ¡Chapeau por ellos!